Capítulo 16.
—Jin, buenas noches —Namjoon llegaba al apartamento de su novio con una sonrisa en el rostro, hace varios días que no entraba a ese departamento, no era para nada comparado a su casa, aquel departamento era algo pequeño, solo había un televisor y una cocina, era tan acogedor, lo amaba.
—Namjoon —sus ojos estaban algo hinchados y un poco rojos, estaba reuniendo mucha fuerza para hacer lo que hará.
—¿Quieres hacer algo en especial? Estoy con tiempo hoy —besó su mejilla, la luz era algo tenue, así que no veía sus rojos e hinchados ojos.
—Hoy... tenemos que hablar sobre algo muy importante... —quería llorar, pero tenía que ser fuerte, por ambos.
—Claro, claro, dime —se sentó en la cama listo para escucharlo.
—Ambos sabemos que esto no acabaría como queríamos —tomó las manos de Namjoon entre las suyas—. ¿Recuerdas aquel anillo que me regalaste? Ese de nuestro tercer aniversario, dijiste que me lo ponga hasta que me des otro más significativo... —tenía el anillo en su dedo y lentamente se lo sacó.
—Jin... ¿Qué estás tratando de decir? —tenía miedo, mucho miedo de lo que pudiera salir de los labios de su novio.
—Estar contigo fue la mayor aventura que pude vivir, conocerte fue un completo regalo —ignoró por completo la pregunta de Namjoon—. Pero no me perteneces... al parecer, nunca lo hiciste —en la palma del alfa, ahí puso aquel anillo de plata—. No es tu culpa, claro que no y no estoy nada molesto contigo... te amo y siempre serás mi alma gemela... pero creo que no era nuestro momento...
—No, no, no, amor, por favor, trataré de arreglar esto, realm...
—Soy un beta, tú eres un alfa, tu familia es millonaria, yo vivo solo en este departamento, mereces... más que esto —se señaló a sí mismo—. Mereces a alguien con quien puedas formar una familia, alguien de tu posición, alguien tan talentoso como tú...
—Tú me das felicidad, eso es lo único que necesito, yo no necesito a alguien que me de una familia, te necesito a ti —se paró asustado, sus piernas temblaban, su mundo se estaba derrumbando ante sus ojos.
—¡Soy un beta! —sus ojos estaban cristalinos—. No podemos... yo mancharía tu imagen, no puedo hacerte esto, así que... no nos hagamos más daño, ¿si?
—Dime que no es lo que es...
—Separémonos —lo dijo conciso y rápido, si analizaba cada letra, seguro no podría haberlo dicho—. Es lo mejor.
—Claro que no es lo mejor, no puedes dejarme —estaba desesperado, tanto que casi cae al suelo—. Por favor no me dejes, yo realmente quiero seguir contigo.
—Pero no podemos... casi lo descubren. ¿Qué hubieras dicho si hubieran fotografiado un beso? —la expresión de Namjoon era confundida—. La entrevista, sí, vi la entrevista, nos fotografiaron a nosotros y a Jimin... Lo mejor es esto, créeme.
—No... —al ver que Jin quiso apartarse lo atrapó en sus brazos y cayó al suelo de rodillas abrazando las piernas de su ¿novio?
—Por favor, suéltame —toda su fuerza de voluntad estaba siendo utilizada en ese momento.
—No me dejes... por favor no me dejes —¿estaba llorando? Sí, si lo estaba haciendo, sus lágrimas bajaban por sus mejillas, sus sollozos eran cuchillas para el corazón de Jin... pero no podía obligar a su dulce beta así que lentamente, lo soltó.
—No llores, por favor ya no llores —se agachó secando las lágrimas de Namjoon aunque él igual lloraba.
—No quiero dejarte ir... —tomó el rostro de Jin en sus manos.
—Tampoco es fácil para mi... pero no hay otra opción.
—A-Al menos... ¿Puedes darme un beso? —sus manos temblaban, estaba en un momento muy grande de debilidad.
—Claro que si —se abrazó al cuello de Namjoon y simplemente se dejó besar.
Sus labios chocaron lenta y suavemente, el vaivén era tan tortuoso que querían que durara para siempre, el alfa sostenía la cintura contraria con tanta necesidad y tristeza, cuando comenzaron esa relación, prometió que si Jin le pedía parar, lo harían... pero no pensó que sería tan difícil.
El menor se separó, Namjoon había dejado aquel anillo en la mesa de noche, el beta estiró su mano y sostuvo el anillo, tomó la mano del alfa y le entregó el anillo.
—Gracias por todo —besó su frente y se paró—. Cuando estés listo... puedes irte —y se fue al baño, se encerró en ese pequeño cuarto y se apoyó en la pared mientras su espalda resbalaba hacia el suelo, tapaba su boca con ambas manos para que no salgan sollozos de esta.
A fin de cuentas, había hecho lo correcto, ¿no?
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